Desde hace ya un par de décadas, se implantó la
meditación como una de las nuevas doctrinas o prácticas, más beneficiosas para
cualquiera que la realizara.
La Meditación o Práctica del arte de la Consciencia, es
genuina y muy favorable para nuestra salud física, emocional, mental y
espiritual.
Cuantiosos estudios realizados en los últimos años, hacen
palpable los grandes beneficios de esta práctica. Encontramos que es propicio
para el sistema inmunológico, con la mejora del mismo, y una mayor producción
de nuestras defensas. En el sistema cardiaco, reduce la presión sanguínea, previene
la hipertensión y según un estudio reciente del Colegio Médico de Wisconsin
(EE.UU), las personas con problemas de
estrechamiento en las arterias coronarias, disminuye en un 50% la mortalidad y
el riesgo a sufrir paro cardiaco o infarto cerebral.
En nuestro cerebro, mejora la agilidad mental, aumenta
nuestra concentración y reduce el insomnio.
También nos sirve como un potente efecto analgésico.
Sabemos que la mayor parte de los conflictos físicos, emocionales
y mentales, son producidos por el estrés
y la ansiedad. Ejercitándonos en la meditación, se obtendrá una habilidad especial
para regular las emociones, ayudándonos a mantenernos con una estabilidad
emocional y cultivar las emociones positivas.
“En la silenciosa quietud de la mente surge aquello que es la
eterna belleza. Llega sin avisar, llega sin buscarlo. Sin el alboroto del
reconocimiento”. J. Krishnamurti, Diario II.
Así
es, la práctica de la meditación nos ayuda a ser conscientes de todos nuestros
procesos internos. Si nos regalamos algunos minutos al día practicando la
meditación, nos ayudará más de lo
imaginado. Aunque sus efectos secundarios sean, conocernos mejor a nosotros
mismos y obtener una mejorar en nuestra salud. Sin contar, que es sencillo y
GRATIS!!!
Una
vez hemos tomado la decisión de realizar esta práctica, podremos llevarla hasta el hábito, con entusiasmo,
emoción y empeño; pero tan sólo llegará con constancia y paciencia.
Los 5 Consejos Prácticos para la Meditación:
1- Espalda recta pero cómodo:
Es innecesario
adoptar posturas complicadas, tipo yogui. Pudiendo estar sentada en una silla, o
sobre las piernas cruzadas. Lo importante es trazar una línea recta desde la
cabeza hasta el coxis. Esto facilita una posición excelente, para que podamos
realizar el ejercicio.
2-Concentrarse en la respiración:
Respira
de forma normal pero concéntrate en la sensación del aire entrando y saliendo
en tus pulmones. Toda la atención debe estar en la inspiración y la espiración.
La respiración poco a poco se volverá más lenta y abdominal.
3-Esos pensamientos que
pasan:
Los
pensamientos irán y vendrán. Acéptelos y déjalos ir por donde han venido, no te
aferres a: “¿qué voy hacer de comer mañana?” ó “la
lavadora ya terminó”, no es tiempo de eso, vuelve a centrarte en la
respiración. No es necesario cerrar los ojos, puedes incluso encenderte una
vela y observar la llama. La clave está, en poner la conciencia sobre un acto
mecánico, que es respirar. ¡Hay que evitar la modorra!
4-No dejes de estar
consciente:
Es tú
momento y es para ti. No te juzgues, tan solo observa lo que ocurre en tu
interior, sin responder, ni buscar soluciones. Alcanzar el estado meditativo no
está relacionado con dejar la mente en blanco. Sé consciente de que tu mente
está centrada en respirar.
5-Practica con
regularidad:
Empieza
durante diez minutos diarios por lo menos una semana seguida.
Es evidente que cuanto más regularmente medites, más fácil te será
alcanzar la atención plena y la capacidad de estar aquí y ahora.
De igual forma que el transcurrir de los días en el año,
hay y seguirán surgiendo, diferentes y muy variopintos estilos de meditaciones.Experimentarlas es un trabajo divertido de realizar.
Conserva y practica las que te sean efectivas para tu bienestar.
Con la
meditación obtendrás, “el equilibrio interno, que se nota en lo
externo.”