Miedo… Una palabra tan simple y aterradora a la vez.
Te envuelve a lo largo de la vida y de una variedad infinita.
Nos esté permitido tener miedo a todo
Te envuelve a lo largo de la vida y de una variedad infinita.
Nos esté permitido tener miedo a todo
Pero.. ¿Y a nada... ?
Se tiene miedo a la soledad, a la luz, o a un determinado animal, miedo al ridículo, a la enfermedad, a los nuevos comienzos, al compromiso y a la oscuridad.
A querer y a no ser querido, también se tiene miedo a ser feliz, a los sitios cerrados, a las alturas, a ser igual o distinto. Miedo, al qué dirán, a los cambios, a ser incomprendido.
Miedo, que emoción tan escalofriante. Una descarga de adrenalina hace que los músculos se tensen, es el efecto de paralización que te recorre el cuerpo cuando te viene a la mente tan simple palabra. ¿Quién te oprime el pecho y no puedes gesticular nada? Tal vez…. Esa simple palabra?!
El ritmo cardiaco se incrementa, sudamos para no sobrecalentarnos, y las pupilas se dilatan para poder ver en la oscuridad. Miedo, miedo, miedo….miedo a las agujas, al olvido, a la muerte, a hablar, a que te deje tu pareja, a envejecer, miedo al matrimonio. Miedo a que pase algo, o a que no pase nada. Y ese miedo de uno mismo, ese terrorífico miedo. ¿Y cuál sería el peor de todos?.... Tal vez, tener miedo de los miedos. Porque tan sólo es una simple palabra…
El miedo es una debilidad absurda, ya que tenemos miedo a lo desconocido. No importa lo que nos esforcemos por definirlo, no puede ser cuantificado. El miedo siempre es un compañero de viaje en el camino de la vida. Te pone a prueba, ya que hay dos tipos de actitudes; ir de victimas o de aprendices.
Para una Renovación constante, es necesario dar el paso de la acción. Lanzarse hacia la meta que quieres llegar, a pesar del temor que está presente a cada latido que sientes, con más fuerza y más aprisa. Abalanzarse en el recorrido desprendiendo de los miedos que te sujetan y sirven de lastre para no avanzar y descubrir lo que verdaderamente deseas.
El miedo, una de las pocas cosas que nos hace ser quienes somos, enfrentándonos a él. La única fuerza humana con el suficiente poder para superar el miedo, es el Amor.
Se tiene miedo a la soledad, a la luz, o a un determinado animal, miedo al ridículo, a la enfermedad, a los nuevos comienzos, al compromiso y a la oscuridad.
A querer y a no ser querido, también se tiene miedo a ser feliz, a los sitios cerrados, a las alturas, a ser igual o distinto. Miedo, al qué dirán, a los cambios, a ser incomprendido.
Miedo, que emoción tan escalofriante. Una descarga de adrenalina hace que los músculos se tensen, es el efecto de paralización que te recorre el cuerpo cuando te viene a la mente tan simple palabra. ¿Quién te oprime el pecho y no puedes gesticular nada? Tal vez…. Esa simple palabra?!
El ritmo cardiaco se incrementa, sudamos para no sobrecalentarnos, y las pupilas se dilatan para poder ver en la oscuridad. Miedo, miedo, miedo….miedo a las agujas, al olvido, a la muerte, a hablar, a que te deje tu pareja, a envejecer, miedo al matrimonio. Miedo a que pase algo, o a que no pase nada. Y ese miedo de uno mismo, ese terrorífico miedo. ¿Y cuál sería el peor de todos?.... Tal vez, tener miedo de los miedos. Porque tan sólo es una simple palabra…
El miedo es una debilidad absurda, ya que tenemos miedo a lo desconocido. No importa lo que nos esforcemos por definirlo, no puede ser cuantificado. El miedo siempre es un compañero de viaje en el camino de la vida. Te pone a prueba, ya que hay dos tipos de actitudes; ir de victimas o de aprendices.
Para una Renovación constante, es necesario dar el paso de la acción. Lanzarse hacia la meta que quieres llegar, a pesar del temor que está presente a cada latido que sientes, con más fuerza y más aprisa. Abalanzarse en el recorrido desprendiendo de los miedos que te sujetan y sirven de lastre para no avanzar y descubrir lo que verdaderamente deseas.
"Porque donde está el miedo, está la llave de un nuevo y fabuloso comienzo."
El miedo, una de las pocas cosas que nos hace ser quienes somos, enfrentándonos a él. La única fuerza humana con el suficiente poder para superar el miedo, es el Amor.
